EL GRAN RENÉ GONZÁLEZ
René González
El profeta no tiene honra
en su propia tierra
Dr. Enrique García
Villarreal.
· “Por
tanto, Jesús les dijo: – En todas partes se honra a un profeta, menos en su
tierra, entre sus familiares y en su propia casa – (Marcos, 6:4).”
Pregunte usted entre la
juventud cubana si alguien recuerda a un beisbolista llamado René González.
Toda una estrella en el
México de los 40s y 50s del siglo pasado, González destacó por ganar la Triple
Corona de Bateo de la Liga Mexicana en 1952.
También obtuvo el título
de bateo en 1953 y 1954; años más tarde fue entronizado al Salón de la Fama del
Béisbol Mexicano en 1993.
Sin embargo, en su
tierra, nadie sabe quién es él.
Tristemente, su nombre
simplemente se ha desvanecido de la memoria colectiva de todo un país.
Los comienzos de su
carrera
Nacido como René González
Fuentes un 5 de agosto de 1923 en la ciudad de Cienfuegos, el afrocubano
llamaba la atención por su estatura de 1.88 m y peso por encima de los 93 kg.
Jugando en la Liga Inter-Provincial de Cuba, llegó a la profesional cubana en
la temporada de 1946-47, al ser llamado por Adolfo Luque para militar con el
Almendares.
Por su altura, estaba
destinado a la primera base, pero en el equipo ya había inicialistas del
calibre de Buck O’Neil, el versátil Lázaro Salazar e incluso el catcher Andrés
Fleitas, quien era igualmente hábil en esa posición. Fue por ello que el novato
González sólo vio acción en 17 turnos al bat, conectando 4 sencillos (.235),
una base robada y una carrera anotada.
Sin embargo, Adolfo Luque
se dio cuenta del talento del muchacho, por lo que se lo llevó para los
Alacranes en la Federación. Cubriendo la inicial como regular, González bateó
para .301, con 3 dobles, 2 cuadrangulares y 22 carreras impulsadas. Jugaría la
parte final de la temporada con otro equipo, el Santiago.
Con el Almendares de
Fermín Guerra, González regresó a la Liga Cubana en la temporada de 1948-49.
Tuvo que jugar como pelotero de reserva, pues el titular de la primera base era
nada menos que Chuck Connors – quizás mejor conocido como el actor que interpretaba
a Lucas McCain en la serie de televisión, The Rifleman (1958-63) –.
A pesar de ello, González
conectó 4 extrabases, 1 jonrón y 9 carreras impulsadas. En esa temporada, el
Almendares se coronó campeón, convirtiéndose en el primer equipo antillano en
representar a Cuba en la primera edición de la Serie del Caribe (1949), con
sede en La Habana. En el histórico certamen, González bateó un sencillo en 2
veces al bat, anotando una carrera. El Almendares se llevaría el trofeo con
récord de 6-0.
Según reporta el sitio
deportescineyotros, el Almendares lo llamó para la temporada de 1949-50. René,
jugando como reserva de la inicial, conectó un doble de los 5 hits bateados,
impulsando una carrera. El equipo, nuevamente al mando de Fermín Guerra,
llegaría a la segunda edición de la Serie del Caribe (1950), quedando en tercer
lugar con récord de 3-3.
Buscando mejores
oportunidades para destacar, René se fue al equipo de los Patriotas de
Venezuela, en donde se convirtió en líder en jonrones (10), dobles (18) e
impulsadas (56). Gracias a su actuación, el Magallanes lo llamó como refuerzo a
la III Serie del Caribe de 1951, liderando en carreras impulsadas (11), además
de batear 20-7 (.350), conectando 2 dobles y 2 cuadrangulares.
Regresó al béisbol
venezolano en 1951-52, donde bateó para 56-13 (.232), terminando la temporada
con los Leones del Habana de Miguel Ángel González, donde bateó sólo para 31-6
(.194). Con todo y ello, fue llamado a la IV Serie del Caribe, donde bateó una
vez sin hit. El Habana terminaría campeón con récord de 5-0.
Su llegada al béisbol
mexicano
Cansado de no recibir
suficientes oportunidades en su país, González, al fin de esa temporada, le
dijo adiós al béisbol de la Liga Profesional Cubana para siempre.
Los mejores años de su
carrera, sin embargo, los pasaría en México, paraíso de las oportunidades. Su
debut en la Liga Mexicana de Béisbol fue en el año de 1947, jugando primero
para los Tuneros de San Luis Potosí. Sin embargo, tuvo muchos desacuerdos con
su paisano, el manager Martín Dihigo, por lo que pidió ser cambiado, llegando
así a los Azules de Veracruz.
Su debut fue
espectacular, bateando para .316, con OBP de .376 y slugging de .467.
Primero con los
Alijadores de Tampico (manager: Jose Luis ‘Chile’ Gómez) y después con los
Diablos Rojos del México (manager: Manuel ‘Shorty’ Arroyo), González bateo en
la temporada de 1948 para .311, con 95 hits, OBP de .372 y slugging de .452.
Regresa con Gómez a los
Tuneros de San Luis en 1949, bateando para .357, anotando el mismo número de
carreras y remolcadas (72) – convirtiéndose en el tercer mejor bateador de la
liga en esa temporada, sólo superado al bat por sus paisanos Dilio Rodríguez y
Adolfo ‘Tribilín’ Cabrera –.
Habiendo destacado en
sólo 3 temporadas, González es llamado en 1950 al equipo de los New York Cubans
de Ligas Negras, donde batea para .302 y anota 36 jonrones. Su desempeño le
valió para ser elegido para batear en el Juego de Estrellas entre el Este y el
Oeste, donde fue puesto como tercero al bat, conectando de 3-2.
Con el desmantelamiento
de los New York Cubans en 1950, González regresa a los Tuneros de San Luis en
1951. En esa temporada, su poder al bat –.323 con 96 hits y 21 cuadrangulares –
ayuda al club tunero a colocarse, por primera y única vez en su historia, en la
pelea por el título.
Tal era el talento del
joven en esa época, que el mismo Pasquel ordenaba que le dieran la base por
bola estando la casa llena. No obstante, jugando en el tercer juego de la serie
final contra los Azules de Veracruz, González es multado por la cantidad de
$1,000 pesos tras agredir al umpire Miguel Arvizu cuando éste dio un fallo
injusto a favor de los Azules. El Veracruz terminaría siendo campeón en esa
temporada.
El hecho histórico de
recibir base con caja llena en 1951 nos lo recuerda el colega Enrique
Kerlegand:
https://www.milb.com/mexican/news/lmb-historias-de-bases-por-bolas-intencionales
El mejor bateador de la
Liga Mexicana
1952 fue el gran año de
René González en la Liga Mexicana. Aunque al inicio de la temporada probó
suerte con los Padres de San Diego – quienes eran entonces un club de Ligas
Menores – regresó a México, jugando para los Rojos del Águila de Veracruz del
‘Canguro’ Amaro. Enfundado en la gloriosa franela roja, González conectó 21
jonrones, impulsó 83 carreras y promedio para .370, lo cual lo hizo acreedor de
la Triple Corona de Bateo.
Con ello, González pasó a
la historia del béisbol mexicano al convertirse en el cuarto pelotero de la
liga en lograr esa hazaña, después de ‘Cool Papa’ Bell (1940), Burnis «Wild
Bill» Wright (1943) y el zurdo de Empalme, Ángel Castro (1951). Luego de esa
actuación sería llamado a jugar a la Liga de la Costa del Pacífico, donde bateó
para .314 con el equipo de los Mayos de Navojoa.
Con el Veracruz de 1953,
González termina la temporada estando a punto de conquistar la Triple Corona
por segunda ocasión, pues fue líder en bateo (.333) y líder en carreras (59),
mas no en cuadrangulares, pues fue superado por 6 por Héctor Lara.
El 54 también sería un
gran año para el cubano, siendo nuevamente líder en bateo (.359), líder en
jonrones (21), pero segundo lugar en carreras impulsadas, siendo aventajado por
Fernando ‘Bicho’ Pedroso por sólo 3 anotaciones.
Aunque le faltó muy poco
para conseguir la corona de triple bateo en ambas temporadas, González pasó
nuevamente a la historia de la Liga Mexicana al ser el primer pelotero en
conseguir tres títulos de bateo consecutivos – siendo superado su récord por Al
Pinkston en las campañas de 1959-62 –.
Al Pinkston
Sin duda, González era la
mejor bujía del equipo emplumado. Aunque su bateo en 1955 fue bueno (.339), no
fue lo suficiente para liderar en este departamento o en ningún otro. Ésta
sería su última temporada con el Águila, pues en 1956 llega al Nuevo Laredo,
para posteriormente pasar al Monterrey. Habiendo sumado con ambos equipos 113
juegos, González bateó por primera vez por debajo de .300 (sólo .257).
Lamentablemente, a partir
de 1957, René ya no apareció jamás en el roster de otro equipo de la Liga
Mexicana. Luego de haber sido uno de los más temidos bateadores de finales de
la década de los 40s, su nombre llegó incluso a lugares más altos en la primera
mitad de los 50s. Resumiendo, en 9 temporadas en el mejor béisbol de verano en
México, González acumuló 1,144 imparables en 3,459 veces al bat, dejando un
elevado promedio de .330 – bateando arriba de .300 en 8 de esas temporadas –.
Por su gran actuación,
René González fue justamente exaltado al Salón de la Fama Mexicano en 1993,
aunque, desafortunadamente, a 11 años de su fallecimiento el 9 de mayo de 1982
en Cuba. Más triste incluso es que, al momento de su muerte, René era un desconocido
en su propia tierra. Murió y nadie se enteró.
“Como dije en una ocasión
con respecto a Silvio García y a Alejandro Crespo, es increíble que hombres de
experiencia en la pelota, con grandes éxitos, no hayan sido empleados como
entrenadores de las nuevas generaciones de peloteros cubanos.” Expresó el autor
del artículo: ‘René González Fuentes, una estrella cubana en la pelota mexicana
y venezolana’. “Sí sucedió, lo felicito, pero no creo estar errado en lo que
aquí afirmo.”
Nadie es profeta en su
propia tierra.
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